La COVID-19 está afectando a las cadenas de suministro mundiales de muchas formas y, como ha disminuido la demanda de los consumidores y la fabricación, la demanda de almacenamiento ha aumentado. El petróleo se está almacenando en flotas de petroleros y en los almacenes y puertos de contenedores de todo el mundo se está produciendo una acumulación de carga que alcanza cifras sin precedentes. La Asociación de almacenamiento del Reino Unido (UKWA) prevé que se quedarán sin espacio en dos semanas. Los minoristas informan de que los volúmenes de inventario han aumentado considerablemente y algunas empresas utilizan un 40 % más de almacenamiento de lo habitual.
Como consecuencia, a nivel mundial, muchos envíos se retrasan y se retienen en contenedores durante mucho más tiempo y en condiciones distintas a las que habrían estado antes de la crisis. Tanto los puertos de exportación como los de destino se ven afectados y el problema se agrava debido a la necesidad de priorizar los envíos más urgentes, como alimentos y suministros médicos, que son cruciales para sustentar a la población durante la pandemia. Aunque las restricciones siguen en vigor, puede que el consumo de productos no esenciales siga siendo estático o se reduzca mucho y que las demoras en los envíos empeoren. En cuanto a los envíos que se ven afectados por la temporada, la espera puede ser incluso más larga. El proveedor de seguros relacionados con el transporte internacional y logística, TT Club, ha advertido del riesgo adicional que esto conlleva a los daños en la carga para los fabricantes y proveedores de logística.
Una de las principales amenazas para la carga es el mayor riesgo de que se produzcan daños por humedad durante las demoras provocadas por los prolongados períodos de tránsito de la carga debido a los cambios de demanda por la COVID-19. Según el tipo de carga, esto podría provocar corrosión, moho, apelmazamiento de polvo, deformaciones o simplemente daños en el embalaje y en las etiquetas. Los estudios de supervisión de carga mundiales revelan que el riesgo de daños por humedad aumenta en un 4,2 % por cada día de retraso durante el envío. El UK P&I Club calcula que el 9 % de la carga se pierde por daños debido a humedad en el mejor de los casos y, cuanto más tiempo permanezca la carga en un contenedor, mayor será el riesgo de daños por humedad en la carga. El riesgo de que se generen gotas de agua condensada en el techo del contenedor aumenta de manera considerable cuando los contenedores sufren cambios extremos de temperatura. Y lo que es peor, es un riesgo que normalmente no se puede asegurar, ya que las aseguradoras clasifican este tipo de daño como "fortuito" y lo excluyen de su cobertura normal. Como consecuencia del almacenamiento de carga en contenedores por las interrupciones en la cadena de suministro debidas a la pandemia mundial de la COVID-19, los fabricantes que normalmente solo sufren unos riesgos relativamente bajos de daño por humedad en su carga ahora están expuestos a unos riesgos de humedad bastante más altos.
Por eso es fundamental que los fabricantes protejan su carga de la humedad de en función de las especificidades en cuanto al tipo de carga, las rutas recorridas y las condiciones de carga. Esto tiene como ventaja que se puedan reducir los costes de las Soluciones Moisture Control y se puedan adaptar completamente los esfuerzos de acuerdo con los riesgos concretos de daños por humedad que sean pertinentes para el fabricante.
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